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El sexo y el género en la comunicación

Como sucede con cada fecha especial del calendario, la llegada del Día Internacional de la Mujer, cada 8 de marzo, es aprovechada por las marcas para lanzar distintas acciones de comunicación y promociones.
Los orígenes del Día de la Mujer se remontan a 1908 cuando 129 trabajadoras de la empresa textil Triangle en Nueva York murieron en un incendio al cerrar el dueño todas las puertas de la fábrica, tras varios días de protestas por las duras condiciones de trabajo. El 8 de marzo se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Mujer, para recordar y rendir homenaje a las mujeres luchadoras, aquellas que se organizan y luchan por los derechos de sus pueblos, que aportan día a día a la construcción de mundos distintos, que entregan su sabiduría y su trabajo para el Buen Vivir.





El capitalismo neoliberal y su globalización pretenden apoderarse de esta fecha para mercantilizarla: ofertas especiales, flores y ceremonias, buscan ocultar la verdadera esencia del Día Internacional de la Mujer, un día que para las mujeres luchadoras es de combate y de ratificación de su compromiso por la vida. Esto es, la Industria Cultural pretende aprovechar los movimientos alternativos en el momento que estos son interesantes para la comercialización; hace de los movimientos alternativos productos comerciales. Han tenido que asimilar, desvirtuar y adaptar el sentido de esta fecha al status quo de la desigualdad, a través de su banalización: la comercialización del Día de la Mujer en los medios de comunicación masiva y la defensa de la desigualdad a través de celebraciones cursis de una «feminidad» predefinida convenientemente por el patriarcado.

En este caso, la Industria Cultural, se ha aprovechado de un día de suma importancia para la mujer, para convertirlo en un elemento comercial más. Pero además, no solo lo ha comercializado, sino que para ello ha tenido que cambiar el significado de este día.

El día de la mujer no es un día romántico o en el que los hombres deban rendir tributo a las mujeres porque sí, y entre nosotras felicitarnos porque somos las mejores. No se trata de eso. El punto es que el día de la mujer conmemora un día especial en nuestra historia. No porque las mujeres seamos "especiales" (que lo somos, pero tan especiales como los hombres), sino por la forma en la que se dieron las cosas. Porque durante muchos años, las mujeres nos encontramos en un lugar de sumisión, a veces sobreprotegidas, y otras veces, francamente abusadas y reprimidas. El día de la mujer es en realidad Día Internacional de la Mujer Trabajadora, y en él se conmemora la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo integro como persona.

Un ejemplo de esta comercialización se da el Italia, donde las mujeres italianas ese día tienen "permiso" para dejar a su maridos en casa, salir solas con sus amigas e, incluso, ir a ver algún espectáculo subido de tono, en una clara inversión de papeles que se produce sobre todo el centro y sur de Italia con motivo del Día de la Mujer. En Italia, el 8 de marzo, el Día de la Mujer es símbolo de la liberación, y las feministas se manifiestan para celebrar los logros sociales conseguidos durante el siglo XX.

Sin embargo, estos actos de reivindicación conviven con las salidas nocturnas de miles de mujeres que llegan a adquirir tintes "retrógrados y machistas. Y es que las mujeres van a cenar con un grupo de amigas y después la mayoría de ellas acuden, en lo que ya se ha convertido en una tradición, a espectáculos de hombres que se desnudan y se contonean ante ellas mientras suena la música y se beben ingentes cantidades de alcohol.

Los restaurantes están preparados y han competido entre sí para albergar a cientos de mujeres a las que ofrecen un menú ya cerrado, para después agasajarlas con un pastel llamado "mimosa" con la forma y los colores amarillos de la flor. Después llega la hora de visitar los locales nocturnos.

A la comercialización del Día de la Mujer se han apuntado también agencias de viajes, políticos como Nadia Qualarsa candidata del PDL, el partido de Berlusconi, en la región del Veneto, que regaló silbatos anti-agresión a las mujeres, y también museos y monumentos de Italia que regalan la entrada libre a las féminas.

Pero esta comercialización no se da únicamente en Italia, sino que también podemos encontrar ejemplos de esto en España. Por ejemplo, en “L’Hotelet”, en Cambrils, también celebran este día con una cena y espectáculo de stripers para mujeres:



Ciertamente, el reconocimiento y la declaración oficial de este día han hecho que el 8 de marzo pase a ser uno más de los intentos de la comercialización de cualquier elemento cultural en nuestra sociedad, al igual que ocurre con el Día del Padre, San Valentín, Navidad, o cualquier fecha que en su momento fue un día conmemorativo, y aunque ahora también, sobretodo se han convertido en días de consumo masivo.


Henar Porcar Negre

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