Sex-dualid@d

El sexo y el género en la comunicación

7.4.10

La acción racional es la que alcanza los fines

Publicado por DreamArt |

El sistema social capitalista actual, ha sido criticado por la Teoría Crítica, la cual se ha topado con el papel de los medios de comunicación de masas en la construcción de este modelo social. Así pues, se ha visto obligada a criticarlos por la dominación cultural y social que han llevando a cabo desde el inicio de su existencia.

La Industria Cultural y los medios, como nexo de unión entre ésta y la sociedad, realizan una imposición de realidades que no deja lugar a la reflexión. Construyen una realidad única que nos transmiten e imponen mediante todos y cada uno de los productos culturales (televisión, cine, música, etc.). Esta realidad responde esencialmente a los intereses de la Industria y, por tanto, transmite los valores, ideologías, opiniones y gustos que le suponen beneficios. Con esta acción dominante, los medios de comunicación hacen que se produzca una homogeneización social, dando lugar a la aparición de una cultura de masas, a partir de la cual todos los individuos compartimos las mismas opiniones, defendemos los mismos valores e ideologías y observamos una misma realidad. Mediante esta estandarización y producción en serie de los elementos culturales, se ha creado lo que Marcuse nombró El hombre unidimensional. Un individuo (reflejo de toda la sociedad) producido en serie, que con el tiempo ha pasado de “homo faber” a “homo fabricatus”. Es ideológicamente eficaz para la Industria ya que, como individuo “fabricado” por otros, no tiene capacidad de opinión ni de réplica, pues está sometido al control de los mass media en todo momento.

Aunque actualmente se haya avanzado mucho con respecto a los temas de igualdad, no hay que olvidar que no hace tantos años la homofobia era vista como algo natural y cotidiano.

“Todo el mundo recuerda que los nazis exterminaron a varios millones de judíos; nadie recuerda que también exterminaron a cientos de miles de homosexuales, y que tras la derrota nazi muchos de ellos siguieron en prisión porque en Alemania la homosexualidad era delito. A nadie se le ocurre hoy hacer un chiste antisemita en la radio o en la televisión; en cambio, todas las semanas escuchamos chistes homófobos en estos medios.”

El párrafo anterior muestra la imposición de realidades, la homosexualidad como delito en este caso, llevada a cabo por la Industria Cultural. Los medios transmitían esta realidad y no daban opción de opinión ni réplica, ya que aparte de las consecuencias que suponía tomar una postura contraria, la sociedad de masas estaba “educada” con las mismas normas y valores, y eran pocos los que tenían una mentalidad y opiniones distintas a las impuestas por la Industria.

Estas prácticas de la Industria han creado incontables conflictos sociales, los cuales la han enfrentado con movimientos de represión y reivindicación, que critican a ésta y a los medios.

Dichos movimientos sociales tienen más poder del que la Industria puede soportar, es por esto que ésta reacciona en función de sus intereses, y se adapta a la situación. Siguiendo el modelo tecnocrático desarrollado por Habermas, la Industria actúa racionalmente para alcanzar unos fines, proporciona una aparente libertad de opinión y adecúa su postura a la de la sociedad. No obstante, dicho espacio de opinión continúa estando amanerado y condicionado por la Industria y los mass media.

Es evidente por tanto, que el papel de los medios es “esencial para la reconstrucción del modelo social, para que formemos parte del engranaje que sustenta la Industria” y que, aunque algunas veces su modo de actuación no les salga bien, siempre sabrán adaptarse para lograr sus fines, casi siempre económicos, y volverán a repetir sus prácticas de dominación y estandarización social y cultural.

Aida Palomero Sebastià

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